En realidad todo el asunto de la "evolución" no es mas que otra ilusión. No tengo con qué confirmar lo que voy a decir, sin embargo, ésto es lo que intuyo:
El Espíritu ES UNIDAD, ésta UNIDAD tan solo aparenta separarse en distintas "perspectivas", desarrollándose en el infinito de la relatividad incondicionada, como si desarrollase un sinnúmero de "ojos", cada cual con una "autonomía propia", formando distintas "entidades".
Éstas entidades, libres en su expresión más elevada, que ES EL ESPÍRITU MISMO, deciden "experimentar" con la infinita energía mental de la que disponen, investigando los procesos que se suceden en las distintas "realidades creadas". Así pues, las entidades se subdividen a su vez en otras tantas entidades, en favor de sus propósitos. Es un proceso maravilloso, en el que cada entidad da nacimiento a otras tantas, y cada parte conserva la totalidad del Espíritu mismo. Así es como llegamos a parar aquí.
Nosotros, cuando estamos encarnados, somos entidades humanas, pero a la vez conservamos los estados más elevados de nosotros mismos, hasta llegar al Espíritu mismo. Por supuesto, en nuestra expresión humana no podemos ser conscientes de éstos estados más elevados que somos nosotros mismos, aunque ellos sí que están conscientes de nosotros, pues de otro modo éstas experiencias no serían posibles. Sin embargo, hemos de lograr ésta incorporación de esa consciencia superior y expandida, es decir, "ascender" o "despertar", deshacer los muros de ésta "separación", con el fin de "concluir" la condición humana y dar una resolución a todas éstas experiencias, de modo que dejemos de "ser humanos" y volvamos a un nivel superior de lo que realmente somos, llevando con nosotros lo aprehendido en la experimentación, de modo que sirva para otros mundos o realidades.
Así pues llegamos a los siguientes puntos:
-Es un tanto absurdo encasillarnos como "almas", pues tan solo se trata de una prolongación de nuestro ego por tratar de mantenerse ensimismado.
-Es absurdo considerar que hay alguna "evolución", pues en realidad nada cambia en el Espíritu, la evolución y la involución solo es un subproducto del proceso de experimentación e investigación que el Espíritu realiza con su propia e infinita energía, y los niveles de "evolución" o "involución" están determinados por el "alejamiento" de La Fuente, y ésto es un constante e inevitable vaivén.
Así pues, es más acertado considerar nuestro "alma" como una sopa de energía que se desborda en otras tazas o en el desagüe (donde la energía se recicla mediante la purificación), mientras el nuevo caldo se vierte sobre ella. Además, debemos considerar cada minúscula e infinitesimal partícula de dicha "sopa" como una "entidad propia", así mismo como cada "taza" entera, y la misma "olla" en la que "se cocina". Aunque en realidad el caldo nunca sale de la olla, sino que son las tazas las que se introducen en ella. Una de éstas tazas podría considerarse nuestro cuerpo físico, y hay infinitas "tazas dentro de tazas". El ego quiere identificarse con las "tazas", y si la idea del vehículo físico deja de servirle, pues busca una "taza superior". Cabe decir que lo que realmente VIVE no es siquiera la sopa, sino el "fuego" que la hace hervir. ÉSTE "FUEGO" RÍE EN ESTRUENDOSO SILENCIO, PUES TODA LA SOPA EBULLE INCESANTEMENTE SIN SABER POR QUÉ, Y NUNCA NADIE LO SABRÁ, NI LOS MÁS ALTOS ÁNGELES, AUNQUE TODOS SOMOS ESENCIALMENTE ÉSTE "FUEGO".
Entonces, ¿a dónde vamos? Pues indudablemente a donde nuestra energía mental nos lleve. En un nivel elevado de nuestra mente, seremos conscientes de todo ésto, y ahí es donde podemos decir que se sucede la "elección". En un nivel más "oscuro" e "inconsciente" de nuestra mente, simplemente seremos arrastrados por la corriente de los pensamientos. Aunque por supuesto, todo ésto no es más que meras apariencias.
Un abrazo inconmensurable, EL QUE SOY.
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