jueves, 24 de octubre de 2013

El Ser que aparenta ser.

El ser es el acto de ser. La pura potencia, el silencio vivo y emergente, la sustancia eterna e invisible que no deja de bailar y expresarse, creando así los estados autopercibidos, que no dejan de ser la misma y única sustancia viva e invisible que siempre ha sido.

La forma es vacío, el vacío es forma... La música es silencio, el silencio es música... "Lo percibido" y "el que percibe" no son sino conceptos erróneos. "Lo que se hace" y "el que hace" no son sino conceptos erróneos. La dualidad no es sino un concepto erróneo, pues solo hay expresión, solo hay el absoluto, y sus estados (que no dejan de ser el absoluto), sin ninguna abstracción, sin ningún observador. Observación sin observador, sin sujetos ni objetos... solo vida, como un inmensurable océano inmaterial reflejado en sus propias aguas, aparentando ser energía... aparentando ser materia... aparentando ser...

miércoles, 9 de octubre de 2013

Todo es... plastilina

Ponte que hay un espejo... simbólico.

El espejo es un símbolo de la abstracción mental, y toda percepción (reflejo) viene por medio de dicha abstracción. Todo es abstracción, entonces la pregunta es... ¿de qué nos abstraemos? El misterio (Realidad) que esconde dicha pregunta, en su impenetrable silencio, es su propia respuesta.

La existencia del pensamiento como sustancia (y no por ello su existencia como forma) es incuestionable a la par que imperceptible. Percibimos las formas que el "sentir" adopta, pero no percibimos el "sentir" como la sustancia que es. Las formas son sombras, hechas de una sustancia real, llámese "Consciencia", llámese "Espíritu", llámese "Fuerza", llámese "Dios"... Toda la existencia es pura "plastilina", pero esa plastilina está sola y es impermeable. De hecho, la soledad es imposible, pues ni siquiera hay un "espacio vacío" que rodee a ésta Sustancia. Ésto lo es todo, todo lo que hay, ésta "plastilina", éste "sentir", completamente impregnado de sí mismo, sin contornos. Algo vivo en sí mismo, por lo que no se necesita de un "hacedor" externo a Sí, el "yo" es un disfraz de plastilina que esa misma plastilina se ha puesto ;)

Cuando inventamos al "hacedor", al "yo", imaginamos a la existencia como algo inerte que debe ser manejado o empujado por alguien, y al ver nuestras limitaciones, caemos en la brutalidad de inventar entidades superiores con poderes extraordinarios.

Toda la existencia es una Fuerza Viva, única, todopoderosa, absoluta, impermeable e inseparable. Tú, el océano, el sol, los asteroides, las cucarachas, yo... La abstracción genera contornos y así, por medio de éstas ideas y comparaciones, es como "construímos" los personajes y elementos de aquello que llamamos erróneamente "realidad". Realmente solo hay Ésto, Ésto. Ésto y nada más que Ésto. Ésta impersonalidad tan aterradora para el ego y tan pacífica y amorosamente envolvente para el espíritu.